jueves, 4 de diciembre de 2014

CAMINANTE



Vagando entre las sombras,
escondo mi reflejo,
el reflejo que tú me diste,
el que tú creaste, buscando
encontrarte, por primera vez en la
realidad, saliendo de los sueños,
tus sueños, entrando en tu verdad.

Saliendo del silencio,
subiendo las escaleras del destino,
para encontrar a la vida,
Pidiéndole una oportunidad,
para dejar las ideas y los
sentimientos atrás,  de la soledad.

Entre las sombras caminando,
siendo tu amor lo único que tengo,
Tus ideas, las que pasan en mí
cerebro, emociones indescriptibles
 de aislamiento y oscuridad,
que guardas en silenció.

Caminante, soy en tus pasillos,
conociendo tus alegrías y temores,
tus más grandes anhelos y virtudes,
soñando tus ilusiones, viviendo en tus
 pesadillas, buscando libertarte,
de las cadenas que te aprisionan,
para soltar de nuevo tus alas y
que  me lleves entre tus brazos,
surcando el cielo de la libertad.



2006

jueves, 23 de octubre de 2014

Latido

Les traigo un poema y varias cosas.



Latido

Corazón que palpitas con lentitud,
que tu latido ha ido muriendo lentamente,
deja que las caricias del sol
sanen tus grietas pasadas,
hechas por otros corazones,
también rotos.

Que tu nuevo latido sea por una
 nueva ilusión, un sueño que
te de brillo y alegría de nuevo,
renaciendo del dolor y la tristeza
como emerge el  fénix de la
muerte.

Latido lento y profundo,
deja caer tu lágrima,
deja brotar el dolor,
después solo déjalo ir,
para continuar tú camino.


2006

jueves, 7 de agosto de 2014

Versos eureos

Me encanto cuando lo lei, espero les guste.



LOS VERSOS DE ORO


Honra, en primer lugar,
 y venera a los dioses inmortales,
a cada uno de acuerdo a su rango.
Respeta luego el juramento,
y reverencia a los héroes ilustres,
y también a los genios subterráneos:
cumplirás así lo que las leyes mandan.
Honra luego a tus padres
y a tus parientes de sangre.
Y de los demás, hazte amigo
del que descuella en virtud.

Cede a las palabras gentiles
y no te opongas a los actos provechosos.
No guardes rencor
al amigo por una falta leve.

Estas cosas hazlas
en la medida de tus fuerzas,
pues lo posible se encuentra
 junto a lo necesario.

Compenétrate en cumplir
estos preceptos,
pero atiénete a dominar
ante todo las necesidades
de tu estómago y de tu sueño,
después los arranques
de tus apetitos y de tu ira.

No cometas nunca
una acción vergonzosa,
Ni con nadie, ni a solas:
Por encima de todo,
respétate a ti mismo.

Seguidamente ejércete
en practicar la justicia,
 en palabras y en obras,
Aprende a no comportarte
sin razón jamás.

Y sabiendo que morir
es la ley fatal para todos,
que las riquezas,
 unas veces te plazca ganarlas
 y otras te plazca perderlas.

De los sufrimientos que caben
 a los mortales por divino designio,
la parte que a ti corresponde,
sopórtala sin indignación;
pero es legítimo que le busques remedio
 en la medida de tus fuerzas;
porque no son tantas las desgracias
 que caen sobre los hombres buenos.

Muchas son las voces,
 unas indignas, otras nobles,
 que vienen a herir el oído:
Que no te turben ni tampoco
 te vuelvas para no oírlas.
Cuando oigas una mentira,
sopórtalo con calma.

Pero lo que ahora voy a decirte
es preciso que lo cumplas siempre:
Que nadie, por sus dichos o por sus actos,
te conmueva para que hagas o digas
 nada que no sea lo mejor para ti.

Reflexiona antes de obrar
para no cometer tonterías:
Obrar y hablar sin discernimiento
 es de pobres gentes.
Tú en cambio siempre harás
 lo que no pueda dañarte.

No entres en asuntos que ignoras,
mas aprende lo que es necesario:
tal es la norma de una vida agradable.

Tampoco descuides tu salud,
ten moderación en el comer o el beber,
y en la ejercitación del cuerpo.
Por moderación entiendo
 lo que no te haga daño.
Acostúmbrate a una vida sana sin molicie,
y guárdate de lo que pueda atraer la envidia.

No seas disipado en tus gastos
como hacen los que ignoran
 lo que es honradez,
pero no por ello
dejes de ser generoso:
nada hay mejor
que la mesura en todas las cosas.

Haz pues lo que no te dañe,
 y reflexiona antes de actuar.
Y no dejes que el dulce sueño
 se apodere de tus lánguidos ojos
sin antes haber repasado
 lo que has hecho en el día:
"¿En qué he fallado? ¿Qué he hecho?
 ¿Qué deber he dejado de cumplir?"
Comienza del comienzo
 y recórrelo todo,
y repróchate los errores
y alégrente los aciertos.

Esto es lo que hay que hacer.
Estas cosas que hay
que empeñarse en practicar,
Estas cosas hay que amar.
Por ellas ingresarás
 en la divina senda de la perfección.
¡Por quien trasmitió a nuestro
entendimiento la Tetratkis (Ver nota)
la fuente de la perenne naturaleza.

¡Adelante pues!
ponte al trabajo,
no sin antes rogar
 a los dioses que lo conduzcan
 a la perfección.
Si observares estas cosas
conocerás el orden
que reina entre los dioses inmortales
 y los hombres mortales,
en qué se separan las cosas
 y en qué se unen.

Y sabrás, como es justo
 que la naturaleza es una
 y la misma en todas partes,
para que no esperes
 lo que no hay que esperar,
ni nada quede oculto a tus ojos.

Conocerás a los hombres,
víctimas de los males
que ellos mismos se imponen,
ciegos a los bienes
que les rodean,
 que no oyen ni ven:
son pocos los que saben
 librarse de la desgracia.
Tal es el destino
que estorba el espíritu
 de los mortales,
como cuentas infantiles
 ruedan de un lado a otro,
oprimidos por males innumerables:
porque sin advertirlo
 los castiga la Discordia,
su natural y triste compañera,
a la que no hay que provocar,
 sino cederle el paso
 y huir de ella.

¡Oh padre Zeus!
 ¡De cuántos males
 no librarías a los hombres
si tan sólo les hicieras
 ver a qué demonio obedecen!

Pero para ti, ten confianza,
porque de una divina raza
están hechos los seres humanos,
y hay también la sagrada naturaleza
 que les muestra
y les descubre todas las cosas.
De todo lo cual,
si tomas lo que te pertenece,
observarás mis mandamientos,
que serán tu remedio,
 y librarán tu alma
 de tales males.

Abstiénete en los alimentos como dijimos,
sea para las purificaciones,
 sea para la liberación del alma,
juzga y reflexiona
 de todas las cosas y de cada una,
alzando alto tu mente,
 que es la mejor de tus guías.

Si descuidas tu cuerpo para volar
 hasta los libres orbes del éter,
serás un dios inmortal, incorruptible,
ya no sujeto a la muerte.

Nota: Tetraktys o Cuaternidad. Número sagrado y fundamental de los pitagóricos por el cual juraban su fidelidad. Simboliza la unidad origen y principio, la dualidad de las oposiciones y las complementariedades, y el triunfo de la trinidad, que finalmente se despliega en el universo del cuatro. 1 + 2 + 3 + 4 = 10, la unidad expandida en la manifestación, = 1 + 0 = 1, el retorno a la unidad del origen. N. del T.


Pitagoras